Coronavirus en la sociedad del espectáculo


En esta época de confinamiento y aislamiento, hemos acudido al uso de las comunicaciones digitales para continuar conectados con los demás, tan solo durante el mes de marzo la plataforma de videollamadas Zoom, acumulo más de 200 millones de usuarios, cuando unos meses antes contaba con solo 10 millones de usuarios. Estamos viviendo un momento histórico, donde la pandemia está acelerando el camino hacia una sociedad digital. Ya en el siglo pasado McLuhan nos hablaba de la aldea global, para describir la interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. Hoy esa comunidad donde todos están interconectados se acrecienta a niveles nunca alcanzados en la historia de la comunicación.

Y es verdad que muchas veces la inmediatez de la información, la posibilidad de estar conectados con personas en cualquier parte del mundo resulta algo atractivo, nos hemos convertido en consumidores de lo inmediato, pero también en una sociedad de la desinformación, por muy paradójico que parezca entre más información tenemos, menos informados estamos.

En este punto es preciso recordar a Guy Debord, filósofo francés, que a principios de los años sesenta desarrolló una teoría que hoy es un reflejo de nuestra sociedad. En su obra La sociedad del espectáculo Debord analiza a la sociedad moderna y plantea que” Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación". Esta condición en la cual la vida social auténtica se ha sustituido por su imagen representada, en otras palabras, lo que Debord nos quiere decir es que el mundo virtual en el que vivimos actualmente se ha impuesto a la experiencia vivida.

Debord retoma el concepto de fetichismo de la mercancía creado por Marx en su obra El Capital, que nos habla de esa apariencia de una relación directa entre las cosas y no entre las personas. En cambio, para Debord en la sociedad moderna el fetiche se encuentra en el espectáculo, es la nueva mercancía que ha suplantado las relaciones entre la gente. “El espectáculo no es una colección de imágenes (...), en cambio, es una relación social entre la gente que es mediada por imágenes”. Hoy más que nunca la pandemia nos obliga a vivir mediados por la imagen, a través de la pantalla de un dispositivo, tomamos o damos una clase, nos reunimos con nuestros amigos o familiares y establecemos nuestros momentos de ocio.

Guy Debord
Así, la imagen se convierte en mercancía, y con ello el culto a lo digital, surge la necesidad de exponerse, de mostrarlo todo, de demostrar que somos felices, y de que somos capaces. La imagen lo domina todo, y en el tiempo del coronavirus, le entregamos tanto nuestra vida social, como nuestra vida profesional. A través de una pantalla se refleja al mundo nuestra intimidad y nuestra privacidad.
Allí donde el mundo real se cambia en simples imágenes, las simples imágenes se convierten en seres reales y en las motivaciones eficientes de un comportamiento hipnótico (Guy Debord)
Nos volvemos en una sociedad del espectáculo, ese tipo de sociedad que es mediada por la imagen, esa sociedad que se empeña en producir 500 series al año, como si una persona pudiera consumir todo ese contenido en una vida, somos esa sociedad a la que no le importa que las grandes empresas tecnológicas acumulen nuestros datos. Es la condición de volver lo cotidiano en espectáculo, ya sea a través de una selfie o una historia en Instagram.

Cuanto más contempla menos vive; cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de la necesidad menos comprende su propia existencia y su propio deseo (Guy Debord)

Para Debord el espectáculo se volvió la nueva mercancía en el capitalismo, es una visión del mundo que se ha objetivado. Es el mundo de lo invertido, donde lo verdadero es un momento de lo falso. Es la paradoja que plantea que entre más tiempo estamos conectados a la red, más tiempo nos hemos desconectado de lo real. La pandemia nos obliga entonces a pasar el tiempo mirando una pantalla a hacer de nuestra vida una interminable representación. A volver nuestra imagen una mercancía.

Hoy a más de cincuenta años de haberse publicado La sociedad del espectáculo, los aportes filosóficos de Guy Debord siguen vigentes tanto en los medios de comunicación como en el ámbito académico. Y es solo darnos cuenta de que nuestro tiempo transcurre enfrente de una pantalla para consumir imágenes, y que eso ya forma parte de nuestra vida.   


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